Curvas, convergencias, tangencias, paralelismo y
perpendicularidad son los elementos, genuinamente
matemáticos, que intervienen casi de forma exclusiva en
esta imagen. Las vías del ferrocarril con los edificios al
fondo conforman un paisaje urbano, rematado por un túnel que
absorbe las líneas curvas convergentes que, formando una
tangencia perfecta, se unen para fugar al infinito.
Acompañando a los raíles, las traviesas forman una familia
de rectas imaginarias -fragmentadas en segmentos- que
dibujan un campo de direcciones perpendicular a la dirección
de las vías. Todo esto queda coronado por una cerca de
pilares paralelos, que armoniza la toma en sí y separa lo
anterior de las matrices de ventanas que se dibujan sobre
las fachadas de los edificios.